
Hay cosas en mi vida que no vale la pena entrar en detalles, pero puedo mencionar mi lado vidente, brujo o con dones especiales de ver el futuro, cuando este quiere, o de soñar cosas que luego sucederán. No creo ser especial y creo que estos supuestos dones cualquiera los puede desarrollar. Creo en vida extraterrestre y que están con nosotros desde hace muchos siglos, incluso desde antes de que nuestra civilización surgiera.
Con esta cueva empecé a ver cosas, quizás en mi imaginación, pero me pareció conocerla, vi cámaras, dentro de ella, tan grandes con una sala de cine, pasadizos, lagos y hasta algún río. No sé cómo vi esto, no sé cómo sabía esto, pero dentro de mi algo me gritaba sobre ir al kilómetro 30 y fue eso lo que le escribí en el facebook a Manuel; Si pudieras ir al kilómetro 30 mejor.
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Jason, Manuel y Pablo Villarubia |
Y me respondió interesado. Con el tiempo entablamos una amistad y se sorprendió de cómo le daba detalles de la cueva como si hubiese estado allí. Creo, incluso, haberle descrito a algunos seres que habitan ese lugar. Lo que no sé, y él a veces pregunta, es sobre lo que hay en el 30. Creo que la respuesta le encontraremos allí, yendo a ver lo que hay en el kilómetro 30.
Manuel es especialista en tribus nativas de América, es lingüista, ha descubierto varias formas de escritura y las ha comparado con antiguas lenguas de Asia o Europa que datan de miles de años. ¿Cómo es posible eso? El tiene su teoría. Sigue los pasos de John Morickz quien fue el que descubrió la entrada a la cueva de los Tayos, aunque no es la única entrada, siento que debe haber 3 más alrededor de 10 kilómetros a la redonda de la entrada más conocida.

Neotecne producciones
Madrid 2012
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