Hace muchos años, creo
que eran los 90´s, soñé algo que me dejó un poco inquieto durante ese día y que
poco a poco he visto cómo se hace realidad. Soñé que habían muchos impuestos en
el mundo, que por cada 100 euros que uno ganaba, en impuestos, comisiones y
tasas rebuscadas nos quedaba de esa cantidad unos 70 euros, pero para poder
sacar dinero de los bancos, que es donde nos ponían nuestro sueldo, no podíamos
hacerlo cualquier día. A pesar de ser mío ese dinero yo no podía disponer de
este cuando quisiera porque el banco tenía unos días especiales para poder
retirar mi plata, días en que muchísima gente acudía a retirar lo suyo y
muchísimos se quedaban sin lograrlo, lo peor es que dependiendo de qué cantidad
se retirara el banco me cobraba una comisión. Al final de 100 euros de mi
sueldo solo me quedaban unos 40 para mí. La gente tenía cierto aspecto gris en
sus rostros, las calles estaban llenas de gente yendo en fila a sus trabajos
temerosos de que fuesen despedidos por alguna razón, nadie preguntaba, solo
obedecían porque las leyes prohibían todo, incluso quejarse era delito. Este fue
mi sueño.
Pero parece que fue una
revelación del mañana que nos espera. Una visión casi apocalíptica del futuro
incierto que nos depara. Los gobiernos ya no tendrán el poder de mandar, ni de
gobernar, ni siquiera de hacer leyes, porque están las harán las
multinacionales, las empresas y los bancos que serán dueñas de nuestras vidas,
tiempo y dinero. Todos sabían quienes eran los enemigos de la sociedad, pero
nadie hacía nada, porque al hacerlo serían aplastados como ya lo habían hecho
en el pasado. La gente miraba estas cosas como normales y muchos las aceptaban
a pesar de ser algunos hechos muy inhumanos.
Las empresas y multinacionales
extranjeras podían, en caso de tener pérdidas económicas, cobrárselas a los
países donde estuvieran, a sus clientes aunque no tuviesen servicios
contratados con estas empresas. El agua se cobraba como un lujo y era ilegal
coger del agua de la lluvia, de un río o de la misma naturaleza. La energía del
sol la cobraban como si fuera un servicio estatal y hasta el aire se cobraba. Las
leyes se volvieron inverosímiles y bastante estúpidas. Nadie podía tener un huerto,
porque los alimentos quedaron en manos de multinacionales que experimentaban
con estos, los alimentos contenían veneno, químicos o cualquier sustancia
incluyendo bacterias que creaban pandemias en algunos países enemigos.
Si algún osado tomaba
agua lluvia, o usaba energía solar, o tenía huerta en su casa era duramente
juzgado y encarcelado y quizás asesinado. Era multado cruelmente, tanto que
necesitaba vender todo lo suyo para pagar la multa, tanto que al final
quedaba como un indigente. Y los indigentes no tenía derecho a nada, ni a la
salud, ni a la ley (Podía venir la policía y matarlos a golpes delante de mucha
gente y no pasaba nada, porque estaba prohibido denunciar a la policía) El máximo
delito era ser despojado de todas nuestras cosas para ser convertido en
indigente, eso era socialmente la peor humillación en el mundo de ese tiempo,
la peor pesadilla de todos. La ley no existía porque siempre estaba a favor de
los poderosos, las herencias no lo eran así, había que pagar muy caro el
quedarse con una herencia familiar, pero las deudas se heredaban de familia en
familia. Si mi padre era millonario y moría, yo no heredaba ese dinero, debía
pagar la cuarta parte para tenerlo legalmente.
No podíamos tener hijos
a menos que sacáramos un permiso y en caso de tener un hijo sin permiso nos lo
quitaban y condenaban. Las empresas tenían el poder de no pagar dinero, a veces
pagaban con un plato de comida y si nos despedían, que era lo normal, debíamos
devolver todo el dinero que ellos nos había pagado. Nadie podía hacerlo, se
tenían gastos. Muchos fueron indigentes y era delito ayudar a un indigente,
quien fuera pillado ayudando a uno de ellos se castigaba con la misma
indigencia.
Nos controlaban todo, a
donde íbamos, lo que gastábamos, casi lo que pensábamos. Era difícil cometer un
delito, porque habían millones de cámaras que nos espiaban, pero solo servían
para jodernos y no para aclarar un accidente, por ejemplo. Todo era delito,
rozar accidentalmente a una mujer o a un niño era considerado ataque o agresión
sexual. Había miedo para relacionarse con gente del mismo sexo, eso contribuyó
a la homosexualización de los sexos y al hecho de que la fecundación no fuese
natural sino en laboratorio. Los niños eran sobreprotegidos por las leyes,
tanto que si un niño mataba no era condenado, pero si un adulto gritaba a un
niño este podría ser duramente castigado.
Teníamos que creer todo
lo que nos dijeran, desmentirlos era penado. Hablar de existencia alienígena
era delito grave, aunque se vieran extraterrestres en la calle no debíamos
hablar de ello a menos que quisiéramos un castigo. Mucho dinero pagado en
impuestos se iban para otras cosas, había países a los que se endeudaba para
poder caer en manos de poderosos, de la élite mundial. Gobiernos se dejaban
seducir por dinero y vendían a sus propios países por un poco de poder o
economía. Israel se metió en la región Andina para expandir su poder y expulsar
a los nativos, impuso se religión y sus leyes. Países perdían territorios por
culpa de enfrentamientos con otros o con vecinos. Estados Unidos invadiendo o
salvando, aparentemente, otras naciones, pero quedándose en esas tierras por
mucho tiempo. Controlando recursos naturales, idioma, religión, salud,
seguridad. Ellos tenían el control, pero no era el gobierno de Estados Unidos
sino el gobierno paralelo y casi secreto que había sobre ellos.
Pero fueron mucho los
indigentes que se escondieron bajo tierra, en alcantarillas, fueron muchos los
ricos, inteligentes, sabios, pensadores y de todas las ramas que se castigaron
despojándolos de todo que se escondieron bajo tierra y con el tiempo se organizaron,
con la suerte de que algunos tuvieron contactos arriba y prepararon un cambio
que acontecerá en el planeta, un cambio duro, sangriento que fue hecho por
nosotros con ayuda de antiguos humanos. Esto para el 2200.